Denostaban las actitudes de
recreo, los recreos de evasión. Tiempo y recursos malgastados, decían. Luchaban
a tiempo completo, y con ello mostraban dignidad. Denostaban las actitudes de
recreo, los recreos de evasión. Pero cuando ya no hubo por lo que luchar, tampoco
hubo más dignidad, y se encontraron con que no tenían nada que ofrecer. Sin
curiosidad, sin imaginación, sin motivación, sin atractivo que brindar, quedaron
huérfanos de la vida.