lunes, 29 de octubre de 2012

El infierno y el paraíso

Hubo un tiempo en que la tierra no era un erial pedregoso sino un bosque de ladrillo y cemento; un tiempo en que humanos y ratas no se comían los unos a los otros sino que comían de la mano la misma basura; un tiempo en que el agua no caía en forma de lluvia radiactiva sino que fluía de tuberías con cal y la gasolina no escaseaba sino que se respiraba y el sexo no era una limitación sino una prostitución y el esclavo no era castigado sino agradecido y tantas otras cosas que uno quiere echarse a llorar cuando ha crecido en el paraíso y envejece ahora en el infierno.
En estos pensamientos divago mientras el tiempo corre y los hombres se asesinan por banalidades materiales llevando la destrucción a un mundo ya de por sí desolado. Y los caballeros decentes se desquician agotados por los infortunios y a Dios no se le ve por ningún lado.